Influenza: mucho más que un resfrío común

Durante los últimos dos meses hemos visto un aumento considerable de enfermedades respiratorias. De los virus que se han detectado, el de mayor circulación ha sido la influenza A.

¿Qué es la influenza?

También conocida como gripe, es una infección viral que ataca al sistema respiratorio. Las epidemias anuales son causadas por la influenza tipo A y B, y sus diferentes subtipos, como H1N1 y H3N2, que son las que más se han notificado en lo que va del año. Sin embargo, los virus de la influenza cambian constantemente, con nuevas cepas que aparecen de manera regular. Si una persona ha tenido esta enfermedad en el pasado, su cuerpo ya produjo anticuerpos para combatir esa cepa específica del virus.

Así, si un nuevo virus de la influenza es similar al que se contagió anteriormente o al de la vacuna que recibió, esos anticuerpos pueden prevenir la infección o reducir su gravedad. Sin embargo, los niveles de anticuerpos tienden a disminuir con el tiempo y no proteger contra nuevas cepas que pueden ser muy diferentes de las anteriores, por eso la importancia de la vacunación anual.

Principales síntomas

La influenza afecta principalmente a nariz, garganta y pulmones. Al comienzo, puede parecer un resfriado común, pero generalmente sus síntomas aparecen repentinamente y son mucho más intensos y molestos:

  • Tos persistente o seca.
  • Dolor de garganta.
  • Congestión nasal.
  • Fiebre.
  • Dolor general o muscular.
  • Escalofríos y sudoración.
  • Cefalea o dolor de cabeza.
  • Fatiga, cansancio y debilidad.
  • Falta de aire al respirar.
  • Ardor en los ojos.
  • Diarrea y vómito (más común en los niños).

La importancia de vacunarse

Se ha demostrado científicamente que la vacuna reduce la aparición de enfermedades relacionadas con influenza y el riesgo de sufrir complicaciones graves. Asimismo, ayuda a proteger a los grupos más vulnerables de contagiarse.

Otras medidas para evitar el contagio

  • No estar en contacto con personas enfermas.
  • Evitar lugares con aglomeración.
  • Lavarse las manos con frecuencia, sobre todo si se ha estado cerc
  • Al toser o estornudar, cubrirse la boca y nariz con el antebrazo y codo.

Ante esto, es recomendable vacunarse todos los años, sobre todo para quienes forman parte de grupos de riesgo:

  • Embarazadas, desde cualquier semana de gestación.
  • Niños de entre 6 meses hasta quinto básico.
  • Adultos mayores, desde 60 años.
  • Enfermos crónicos desde los 11 hasta los 59 años.
  • Personal de salud.

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