El dolor de rodilla es una de las afecciones más comunes en personas de cualquier edad. Se suele asociar a la práctica deportiva, pero en realidad puede aparecer en cualquier momento por múltiples causas. De hecho, la falta de ejercicio y el sobrepeso son dos razones generales para que también se desarrolle.
Conocer la causa de este tipo de dolencia es imprescindible para asociar un tratamiento adecuado, pero también es recomendable adoptar algunas prácticas para evitar que aparezca.
¿Por qué se puede producir un dolor de rodilla?
Hay decenas de posibles causas por las que se puede producir un dolor de rodilla, pero teniendo en cuenta la mayoría de los casos que llegan a ser diagnosticados se pueden identificar los 3 motivos más comunes:
- Lesiones deportivas
Las lesiones deportivas en la rodilla son tan frecuentes como diversas. Podemos sufrir desde una fractura hasta desgarro de menisco, bursitis en la rodilla, tendinitis rotuliana o lesión en el ligamento cruzado anterior.
Algunas de estas lesiones son derivadas de una práctica deportiva, por ejemplo, una caída, el golpe contra un objeto o contra otro deportista.
Son difíciles de prevenir, pero sí es aconsejable reforzar todo lo posible la zona, ya sea con entrenamientos de fuerza y resistencia como también con equipaje adecuado para cada deporte.
- Artritis
Hay más de 100 tipos de artritis registrados. De todos ellos hay numerosos que afectan de forma específica a la rodilla como la osteoartritis, la reumatoide, la gota o la artritis séptica.
La artritis es básicamente la hinchazón y sensibilidad de las articulaciones, en este caso de las relativas a la rodilla.
- Sobrepeso
El sobrepeso es un factor de riesgo alto para sufrir dolor en la rodilla, dado que se aumenta la exigencia que deben soportar sus articulaciones.
Una de las consecuencias más graves que puede causar el sobrepeso en esta zona del cuerpo es la rotura del cartílago articular.
Diagnóstico y evaluación del dolor de rodilla
Es relativamente fácil identificar dolor de rodilla por sobrepeso o por cualquier otra causa de las indicadas anteriormente.
Un diagnóstico especializado puede ayudar a evaluar la gravedad de la situación y, por descontado, los mejores tratamientos para el dolor de rodilla que necesite el paciente.
Generalmente las pruebas de diagnóstico que se realizan son las siguientes:
- Inspección directa de la rodilla y de las articulaciones.
- Radiografías.
- Ecografías.
- Resonancias magnéticas.
- Tomografías computarizadas.
- Análisis de sangre si se sospecha de infección o inflamación.