Como resultado del estilo de vida actual, cada vez un porcentaje mayor de la población sufre ansiedad y estrés. De hecho, la ansiedad es el trastorno mental más frecuente de todos, con 301 millones de afectados en 2019, según la Organización Mundial de la Salud.
La ansiedad es un mecanismo natural en el ser humano que nos permite estar alerta en situaciones de conflicto para nuestro bienestar. No obstante, el problema ocurre cuando la ansiedad actúa de forma desproporcionada y se activa en situaciones fuera de peligro.
El resultado son una serie de síntomas discapacitantes que impiden realizar con normalidad las actividades cotidianas del día a día. Por ello, es muy recomendable que tengas en cuenta una serie de técnicas de relajación con las que puedas poner la ansiedad y el estrés a raya.
¿Qué son las técnicas de relajación?
Las técnicas de relajación son una serie de herramientas que ayudan a reducir los niveles de ansiedad y estrés. Cuando se activa el mecanismo explicado al principio de este artículo, tu organismo libera ciertas hormonas. Estas últimas provocan que aumente la presión arterial y la frecuencia cardiaca. Al percibir estos síntomas, es común que el afectado se asuste y piense que está ocurriendo algo malo. Por lo tanto, aumentan todavía más los niveles de estrés y ansiedad. Así, se crea un círculo vicioso.
Si llevas a cabo las siguientes técnicas, ayudarás a que tanto tu mente como tu cuerpo se relajen y podrás salir de dicha espiral. Estos métodos de relajación buscan reducir la sobrerreacción de tu cerebro, para que vuelvas a tener el control de la situación.
Tipos de técnicas de relajación
Existen diferentes tipos de técnicas de relajación. Aunque en este artículo se habla de la relajación para reducir la ansiedad, la realidad es que puedes realizar estos procedimientos siempre que lo necesites, sin tener que esperar a llegar a tus límites.
Técnicas de relajación y respiración
Son las más comunes dentro de las técnicas de relajación y las puedes realizar en cualquier lugar o momento, por lo que son muy útiles para momentos de crisis. Lo único que tienes que hacer es sentarte o ponerte en una postura cómoda. Pon una mano sobre tu estómago y otra sobre tu corazón. Ahora, inhala de forma pausada, hasta que notes que tu estómago se hincha. Aguanta la respiración unos segundos y expulsa de manera controlada el aire.
Relajación progresiva
Este método también es muy útil para aquellas situaciones en las que sufras ansiedad o estrés en lugares públicos. Consiste en la contracción y liberación de los músculos. Empieza con los dedos de tus pies y concéntrate en el movimiento de tus músculos. Después continúa de manera ascendente hasta llegar a los músculos faciales.
Meditación
La meditación es una de las técnicas de relajación más conocidas. Además de reducir el estrés, también te ayudará a tener más control sobre tus emociones. Existen diferentes tipos de meditación, aunque todas ellas promueven que el individuo concentre su atención en un elemento, para así alejarlo de los pensamientos automáticos. Dicho elemento puede ser un objeto o la propia respiración.
Estas son las tres principales técnicas de relajación, no obstante, hay muchas otras. Puedes probar con el yoga, el taichí o la visualización. Lo verdaderamente importante es que entiendas que todas ellas requieren práctica, por lo que debes ser paciente.